Abrimos el diario, prendemos la tele, cambiamos de canal, y todo lo que vemos son manifestaciones de violencia. Asesinaron a tal para robarle la billetera, violaron a una chica, le dispararon a un futbolista, mataron a una maestra. Si bien muchos acusan, con razón, a nuestros medios de amarillistas, el clima de violencia y tensión se percibe. Y nos afecta a todos.
Ahora, ¿cómo salimos de una situación así? Todos respondemos, casi automáticamente: con educación (bueno, todos no, algunos dicen cosas como “quemando con kerosene a todos los negros de mierda”…) Pero ¿cómo lo logramos? He aquí el quid de la cuestión.
El tema es muy amplio, pero me quiero enfocar en los delincuentes y en la educación en las prisiones. La prisión es el único lugar, en un estado de derecho, en el que las torturas son moneda corriente (Nadie toma en serio el Art. 18 de nuestra Constitución que reza…” Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas…”). Muchos sostienen que está bien que en la cárcel se maltrate a los presos. Que deben ir allí para sufrir y pagar por lo que hicieron. Pero lo que no piensan es que TODOS los presos, incluso los asesinos y los violadores, van a salir. Y más pronto que tarde. No existe en nuestro sistema la cadena perpetua. Entonces lo que tenemos que preguntarnos es cómo queremos que salgan. ¿Más violentos, más resentidos, más adictos a la droga?
Les quiero contar sobre el C.U.D. El C.U.D. es el Centro universitario de Devoto. La universidad llegó a la cárcel, y hace ya varios años. Comenzó en 1985 cuando un grupo de presos (junto con sus familiares, que los ayudaban desde afuera) realizó gestiones y protestas para que los dejaran estudiar. Ellos mismos construyeron los salones que hoy son aulas, biblioteca, sala de computación (pues obviamente les dijeron que no había presupuesto para tal proyecto). No cesaron pese a todos los obstáculos que tuvieron, y armaron un espacio donde hoy, sin rejas ni guardias, alrededor de ciento cincuenta reclusos se pasan estudiando casi todo el día. Incluso algunos viven ahí. Quizás leyeron algo en la página de la uba, bajo el nombre de UBA XXII. Docentes de la Uba van -obviamente gratis, ya de por sí casi gratis van a la facultad- a dar clases allí. Se pueden cursar varias carreras diferentes, como derecho, psicología, sociología, administración, ciencias exactas. Como adivinarán, abogacía es la carrera predilecta de los convictos. El estudio los ayuda a centrarse, y a no perder las esperanzas. Es un oasis dentro de la cárcel. “Tenemos pareceres diferentes, pero todos buscamos la superación personal. Lo que nos moviliza es la posibilidad de romper un circuito de mierda, delito-cárcel-delito-cárcel. Es difícil porque estamos en una institución mediante la cual, según el enfoque sociológico, se ejerce el control social. Desde acá vemos cómo se reparten la torta y la miseria. Nosotros estamos acá mientras los ladrones de guante blanco chorean desde el aparato del Estado. El cud es una contrainstitución donde es muy difícil que nosotros veamos un uniforme. Nos basamos en un régimen interno de autodisciplina y autogestión. Lo que hemos logrado es armar un ámbito de libertad” dice Rodolfo, un estudiante de sociología en el pabellón. El índice de reincidencia de los presos que se recibieron es prácticamente nulo (3%, contra 70%) Salen del cud con oportunidades, fortalecidos. La cárcel cumple allí las quizás de otra forma nulas posibilidades de “resocialización”.
Les recomiendo que vean “No ser Dios y cuidarlos”, que es el documental que habla de éste centro universitario.
Pero si son tan claras las ventajas, ¿porqué no alcanza el programa a más convictos? ¿porqué no exportamos el modelo hacia otras cárceles? En otras cárceles, como los Complejos Penitenciarios de Marcos Paz y Ezeiza, los internos cursan las materias de las diferentes carreras como libres y sólo concurren a Devoto para rendir examen. La Universidad de Neuquén ha establecido convenios con la prisión de su provincia para hacer algo similar. Pero por algún motivo estos otros sistemas aún no funcionan adecuadamente. No quiero caer en teorías conspiracionistas de que a los poderosos no les interesa tener una población más educada porque así es más fácil de manejar, pero quizás haya algo de eso. Quizás sea por falta de profesores voluntarios y de universidades deseosas de establecer contacto con las cárceles cercanas a ellas. Quizás sea por el incremento de la droga. Quizás sea simplemente ignorancia. Quizás, y así espero, alguno de ustedes tenga mejores respuestas a mis preguntas…
Saludos,
Pau
martes, 2 de febrero de 2010
De cómo reinsertar un delincuente en la sociedad
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6 comentarios:
Mi comentario es simplemente lo que decidí poner en negrita de la nota que escribió Pau: 3% de reincidencia contra 70%.
La verdad que organizar algo así es realmente un trabajo, pero ante la frustración que suele verse (recuerdo los comentarios de las primeras notas que escribí, que justamente eran sobre justicia) cuando se habla de reinserción de los delincuentes, parece que la solución está mucho más a nuestro alcance de lo que creíamos.
Pau, personalmente creo que el motivo por el que no se organiza nada igual es porque faltan ganas de trabajar o conocimiento del tema...no creo que sea porque no conviene.
A todo esto...página 12 publicó ayer una nota diciendo que las mejoras en las condiciones sociales del segundo cordón del conurbano podría perjudicar al peronismo...no me gustó mucho. Tampoco terminé que pretendía el autor con ella:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-139400-2010-02-01.html
Saludos
Javier
Muy interesante, Pau. Sobre todo lo que Javier resalto en negritas, la diferencia en la reincidencia entre los que se reciben y los que no estudian ¿Tenes idea de cuanta gente ya se recibió gracias a este programa? En fin, creo que es un tema importante. Si la mayoría no se recibe, y la reincidencia entre los que no se reciben es del 70%, claramente algo hay que hacer. Yo creo lo mismo que Javier, estos programas no se implementan en la mayoría de los casos o por ignorancia o por falta de infraestructura/recursos. En fin... un post muy interesante.
Sldos!
Por supuesto recuerdo un experimento interesante. Esta la nota en este blog, si tocan la etiqueta que dice "presos" abajo del artículo de Pau
Gente! Estoy totalmente de acuerdo con Javier y con Paula también, salvo por una cosa, EN NUESTRO PAÍS SÍ EXISTE LA CADENA PERPETUA.
Estoy totalmente de acuerdo con que el servicio penintenciario es tan deprimente como es el país en algunos sectores del conurbano de Bs. As. Es decir, me da la sensación de que es lo mismo ciertas cárceles (la gran mayoría en realidad, ya ví personalmente celdas de comisarías y no son mejores, no me quiero imaginar cómo serán las cárceles!!). Por esto mismo que escribo, creo que muchos no nos acercamos personalmente a ayudar, en mi caso es por falta de tiempo y por falta de valor, espero algún día tener ambos combinados para poder ayudar.
Me pareció muy bueno el artículo Paula y copio (al final entre comillas) un artículo para que se nutran un poco más sobre la cadena perpetua. Es para crímenes y no para delitos; para criminales y no para delincuentes. Quizás por eso mismo Paula se expresó de esa manera, pero existe.
"El Tribunal Oral Federal 5 de la Ciudad de Buenos Aires condenó a cadena perpetua a los represores Jorge Olivera Rovere y Bernardo José Menéndez por crímenes perpetrados durante la dictadura militar.
Jorge Olivera Rovere estaba acusado de 116 secuestros y desapariciones, entre ellas la del escritor Haroldo Conti, y cuatro homicidios.
Durante la dictadura, Jorge Olivera Rovere tenía poder sobre los centros clandestinos de detención “El Banco”, “El Olimpo” y “Automotores Orletti”, entre otros.
El otro que fue condenado a perpetua es coronel retirado Menéndez, quien fue jefe segundo del Grupo de Artillería de Defensa Antiaérea 101 entre 1976 y 1979.
Para los otros tres acusados -el general retirado Teófilo Saa, el coronel retirado Humberto Lobaiza y el teniente coronel retirado Felipe Alespeiti-, la querella había pedido 25 años de prisión, pero todos fueron absueltos por el tribunal y quedaron en libertad.
El tribunal que lo condenó está integrado por los jueces Daniel Obligado, Guillermo Gordo y Ricardo Frías".
Queridos Javier y Paula:
Impresionante el dato de las reincidencias. Igualmente, hay que tener presente que la población carcelaria no constituye un grupo homogéneo y que, seguramente, aquellos que deciden estudiar tienden a determinadas características (imagino, por ejemplo, que reciben más visitas de familiares y amigos, entran con cierto nivel de estudios, sus delitos son distintos, etc.).
Sería excelente poder impulsar más estos proyectos, y creo que más que nada son la falta de incentivos de la gente que trabaja para el Estado y el escaso interés que despierta en la sociedad los que detienen el avance.
Por otro lado, y cambiando un poco de tema, si realmente se quieren combatir las raíces del mal hay que trabajar muchísimo con los niños en situación de riesgo. No es que sea pesimista, pero al problema de la inseguridad vamos a tenerlo por varias décadas y no va a terminar sino veinte años después que los chicos, desde la panza de sus mamás , reciban buena atención sanitaria, alimentaria y educativa. Si las madres fuman y se alimentan mal, después comen porquerías y van a la escuela "a bardear", ¿Cómo no van a terminar con "la mala junta" y, a lo último, en la "tumba"?
Me resultan ingenuas esas expresiones pattistas de "con más policías y militares se soluciona todo", atacando los síntomas y no las fuentes. Es como tomar antiácidos en vez de solucionar en serio los problemas personales. Claro, es más cómodo y no hay que enfrentarse nada menos que a las miserias propias.
Saludos
Patricio Iglesias
excelente texto! muy buen blog!
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