jueves, 18 de marzo de 2010

Si es Keynes, es bueno.

El slogan pertenece a una reconocida marca de medicamentos que no voy a nombrar porque no hubo arreglo por el dinero de la publicidad, pero creo que representa el pensamiento de mucha gente. Y en una de mis costumbres habituales, voy a tomarme el trabajo de moderar este pensamiento, que es una de las bases en las que se apoya el kirchnerismo. No se trata de una crítica a Keynes, ni a su escuela, que dentro de mi indecisión es con la que más simpatizo. Se trata simplemente de un llamado de atención a quienes parecen confiar en los superpoderes de la teoría keynesiana. La nota es para no economistas.
Creo que uno de los principales motivos por lo que se toma esto en cuenta es la lógica irrefutable de su teoría y su simpleza. Para quienes tengan un conocimiento mínimo de economía, la teoría keynesiana cierra perfectamente. El estado gasta. Esa plata va a otras personas, digamos empleados estatales que a su vez la gastan en comprar, digamos, ropa. Entonces aumenta el ingreso del vendedor de ropa, que usa ese dinero para comprar comida, aumentando el ingreso del almacenero y disparando un ciclo que beneficia a toda la economía, mientras el estado recupera gran parte del gasto inicial por la mayor recaudación.
De esta manera, cualquiera que haya tenido esta simple explicación en la secundaria, sumado a que se presenta como la salvación de la crisis del 30, queda convencido del poder de la teoría keynesiana. Sin embargo, por ser un hecho histórico un poco menos importante y por ser de una explicación teórica mucho más complicada, es muy probable que la gente desconozca los problemas que tuvo la aplicación de la teoría keynesiana en el tiempo. Por ese motivo, el secundario nos deja, creo yo, con una visión del mundo en que el keynesianismo es la solución y la intervención del gasto necesaria (más allá de que ya es necesaria para distribución del ingreso, eso es aparte). En un acto de justicia, me veo obligado a mostrar las posibles consecuencias negativas.
Resulta que cuando uno genera un exceso de demanda mediante gasto público (o en el caso de la presidencia de Nestor Kirchner mediante superávit comercial y emisión monetaria vía acumulación de reservas), el ajuste de la oferta no necesariamente puede ser por producción sino también por precios. Es decir, si la gente tiene más dinero, quiere comprar más cosas. Para que eso sea posible, hay dos opciones: o bien se fabrican más cosas, o bien los empresarios aumentan el precio de los bienes para que la gente compre lo mismo con ese mismo dinero.
En general, se espera que lo que suceda sea una mezcla de ambas. De hecho, con una cierta cantidad de capital fijo se necesita que aumente en algo el precio (con el salario constante) para que a los empresarios les sea negocio producir más. Esto sucede porque si no puede aumentar en la misma medida todos los factores de producción, la producción será cada vez más ineficiente, y si el empresario no se juega a un aumento de la inversión, como la producción de cada unidad es un poco más costosa, requerirá un mayor precio. En particular, la economía argentina venía de una crisis tremenda con capacidad ociosa de sobra, lo que provocó que el impulso inicial fuera sólo de producto, pero luego ha venido provocando también aumento de precios.
Ahora bien, ¿cuál es el problema? Si sube el ingreso y los precios, más allá de la distribución, que no suele ser buena con un proceso inflacionario, no se generarían inconvenientes en la sociedad. Es un riesgo pequeño para correr si el aumento del gasto genera más empleo, porque una inflación no muy grande no genera un descontrol en la economía que compense el otro problema. El inconveniente surge después de un tiempo con el acostumbramiento de la gente a la inflación. Cuando la gente comienza a pedir mayores salarios porque asume que cada año habrá una inflación de un determinado porcentaje, aumenta el costo empresario. Estos necesitarán ahora cargar un precio aún mayor para que sea negocio vender sus productos. Así, eso produce una disminución de la cantidad de dinero real (es decir, midiendo el poder de compra del dinero) de la economía y contrarresta el efecto expansivo inicial. El gasto del gobierno debe aumentar nuevamente para mantener el nivel de empleo. Y cuando la gente vuelva a acostumbrarse, pedirá un salario aún mayor. En consecuencia, el gobierno deberá volver a inyectar dinero. El resultado final: para quedarnos con el mismo nivel de actividad, la inflación se vuelve cada vez más y más alta. Llegado un punto, se descontrola, y entonces la economía se convierte en un caos que lleva a la caída de la inversión(porque no hay seguridad), el malestar social (porque redistribuye violentamente los ingresos en contra de los más pobres) y la caída del producto y el empleo a largo plazo (por la caída de la inversión). Frenar la suba de los precios requiere un ajuste feroz, porque la gente seguirá generando inflación mientras esté acostumbrada a ella, pidiendo mayores salarios (y aunque sepan que se está contrayendo la economía lo harán porque saben que es muy probable que otros lo hagan, generando la inflación). Así, tenemos contracción económica y suba de precios: estanflación.
Es una explicación muy burda y llena de errores, pero no podía apelar a expresiones como “desplazamiento de la curva de Philips” en un posteo tan simple. Además, ni siquiera es la explicación de fijación de precios y producto que más me gusta, pero aún con sus errores mantiene la idea. Espero que la idea se haya entendido. La expansión es una muy buena idea en una economía en crisis, pero tiene sus contras si es la única estrategia económica. Lo cual de hecho era lo que Keynes sostenía.

Saludos,
Javier

martes, 2 de marzo de 2010

Pasen y vean....

Señores, Señoras, pasen y vean que la función está a punto de comenzar. ¡Circo! ¡Circo! ¡Circo! Últimamente no veo la diferencia entre un programa de política y uno de chimentos conducido por el tipo este...Rial creo que se llama. No me quiero quedar afuera así que voy a salir un poco de mi estilo lógico y a rozar la crítica fácil.
Repasemos: Cristina saca un DNU intentando pagar deuda con reservas, algo totalmente ilegal. La oposición dispara un par de verdades y un centenar de mentiras para criticar la medida. El oficialismo contesta dejando en ridículo las mentiras de la oposición y refutando con mentiras todavía más grandes las verdades que se criticaban. En el medio algun tipo hace un análisis serio (como el que intentamos acá: http://estamos-asi.blogspot.com/2010/01/para-que-sirven-las-reservas.html ) . Oficialismo y oposición lo mandan a la mierda. Y claro... el tipo no se pelea con nadie, aburre, no da rating.
Luego la oposición va a la justicia, algo perfectamente válido. Cristina Kirchner y sus seguidores ponen el grito en el cielo con otras tantas mentiras como decir que controlar los decretos no es facultad suya. Redrado no se va y mandan a la policía a que no lo deje entrar al central. Después renuncia y no lo dejan porque lo quieren echar. Así queda como si hubieran ganado. Yo cuando tenía cinco años discutía de esa manera.
Después tenemos en el medio a la conformación de las comisiones en el Senado. Menem no da quorum porque está jugando golf en Anillaco. El oficialismo se retira. Es decir, los que se quejan de que la oposición no deja gobernar aprovechan que falta solamente un senador para trabar (lo que va a ser posponer una semana nada más) una medida opositora. Después cuando no apoyan algo que ellos hacen se ponen en víctimas. Clarín publica que Menem ayuda a Kirchner. Menem dice que va a votar en contra. Página 12 publica que Cobos y Carrió hicieron un pacto con Menem. Menem vuelve a ser la persona más importante del país. O resulta que cualquiera puede. Cualquier Senador que falte deja sin operar al Senado. Y que mejor forma para ganar cinco minutos de fama que paralizar al país. Total, algún diario seguro que te critica. Y aunque sea por deporte, seguro que otro sale a defenderte.
Crisitna después da un discurso cuando empieza a sesionar el Congreso. Para conmemorar un evento tan importante lo pasa por arriba y saca otro DNU para sacar reservas del BCRA. Ahora como está Marco del Pont se la giran automáticamente. Los jueces no dicen nada porque saben que si lo hacen a la semana hay un decreto nuevo y en el medio El Argentino difunde fotos de ellos con un amante. La oposición no sabe que hacer porque ahora en el decreto especificaron que deuda van a pagar y se les caen los argumentos. Bueno, tendrían argumentos si los hubieran pensado en vez de criticar por criticar. Si ven a alguno diganle que toque el link de arriba. O que le pregunte a un economista de una facultad, de esos que no hacen política. Se amparan en la ilegalidad del decreto, que es el único argumento que conocen (bueno, son todos abogados, así que es lógico, pero deberían consultar asesores). Van a ir con eso al Senado pero quizás Menem falte de nuevo.

En el medio, los bonos suben, porque parece que el mundo se acostumbra a la imprevisibilidad argentina y aunque no pone un peso para invertir, sabe que la deuda la vamos a pagar.

En el medio del circo no se hizo nada. La oposición se opone porque sí. El oficialismo no acepta las críticas aunque sean contundentes. Menem es la nueva veddette. Así no se puede avanzar. Gente, para terminar esta queja:

1) Los legisladores deben tener la obligación de asistir a las sesiones, así como yo no puedo faltar a mi trabajo. El pobre De Narvaez se queda desempleado (va a hacer lo mismo que ahora, pero sin cobrar sueldo)
2) Los discursos ya me aburren. Sería mucho más productivo una conferencia de prensa en la que se les pudiera hacer preguntas a la presidenta. Claro, cualquier político quedaría mal parado porque lo único que saben hacer es disfrazar la realidad (recuerdo a Macri prometiendo aumento presupuestario para absolutamente todas las partidas en ese invento de debate que no fue más que tres discursos mezclados), así que no van a querer. Pero ahí se acabaría la mentira. Se podría discutir un poco más el asunto en cuestión y dejar la chicana.
3) Para alguien que sepa de política ( ¿Vero estás?) ¿No les da la sensación de que los métodos de control entre los distintos poderes son hasta contraproducentes? O un poder impide al otro gobernar o el ejecutivo gobierna ignorando a todos los otros.

En fín, no fue mi estilo de nota, pero tenía que quejarme un poco.

Saludos
Javier