jueves, 3 de junio de 2010

¿Son los votantes más inteligentes que un hamster?

Después de una larga ausencia, al principio por falta de ideas y luego por falta de tiempo, he vuelto a mi blog, esta vez con una nota acerca de dos casos de propaganda electoral que me llamaron mucho la atención. Ambos ejemplos demuestran uno de los grandes problemas de los que suele acusarse al electorado argentino (yo personalmente soy de los primeros en quejarse): no piensa. Voy a mostrar como un partido puede autodestruirse totalmente con una campaña a los ojos de una persona que se tome el trabajo de analizarla, pero sale inmune, y probablemente hasta bien parado, cuando la gente no razona o no presta atención.

El primero es un afiche que hay pegado en capital, que lleva la firma del Movimiento Evita. El lema, desde ya discutible, pero lógico al tratarse de un afiche partidario es el siguiente: "Estamos construyendo el país que ellos soñaron". Acompañan la frase con fotos de varios próceres. Es decir, aprovechan la movida del bicentenario (perdón si sienten que le resto importancia, pero en este caso creo que "aprovechar la movida" es la frase correcta), para mostrar que el peronismo trabaja y hace realidad el proyecto de país de estos hombres supuestamente tan admirados. El problema es la selección de personajes. El che Guevara aparece abajo de Rosas. Por favor, alguno de los diseñadores de este afiche, que me explique como es posible construir al mismo tiempo el país que soñó Rosas y el que soñó el Che Guevara. Me es difícil pensar en algo más contradictorio. El movimiento Evita se quema solo. No solamente demuestran ser una manga de incultos que no tienen ni l menor idea de historia, de política ni de economía, sino que )lo que es más grave) no tienen la decencia moral para no meterse en un terreno que desconocen completamente. Es decir, son mentirosos. Pero claro...el cartel pasa de largo. ¿será que la gente cree que Rosas y el che pensaban parecido? Me resultaría muy triste enterarme de eso.

El segundo ejemplo es menos obvio, pero me sirve mucho porque no quiero que crean que con mi opinión acerca de "un electorado que no piensa", voy a hacer un discurso vacío sobre la educación que no lleva a nada. Se trata de un partido político de la Facultad de Ciencias Económicas, Causa Estudiantil, que está haciendo campaña para eliminar los bancos de iglesia de las aulas. Para las personas ajenas a mi querida facultad, les explico: algunas aulas tienen, en vez de pupitres individuales, largos bancos con un lugar para apoyar en la espalda (donde escribe el que se sienta atrás). Son impopulares porque a veces los cuadernos se caen y porque tienen menos lugar para escribir. Causa Estudiantil apunta a una política que ha sido típico de los gobiernos que, sin tener un plan, buscaban el apoyo popular: hacer cosas que se vean. Mejorar los salarios o la calidad académica no es algo tangible, que pueda apreciarse fácilmente. En cambio, el alumno ve que se han cambiado los bancos.
El punto acá es el poder de la omisión. Estamos acostumbrados a los discursos políticos vacíos porque quienes los dan prometen absolutamente todo sin explicar de donde van a sacar el dinero. Recuerdo a Macri prometiendo antes de las elecciones que iba a aumentar el presupuesto de todas las partidas por las que le preguntaban. Esto no puede ser así. Ningún periodista fue lo suficientemente inteligente para preguntarle de donde iba a obtener el dinero. Lo que quiero que vean es esto: un candidato que promete una sola cosa no dice nada. Un candidato que promete unas pocas, llegue o no a cumplirlas después, revela cuáles son sus prioridades. A esto tendríamos que apuntar para leer la política. A conocer realmente qué es lo que se piensa hacer. Qué es lo más importante, a qué se va a dar prioridad. El caso de Causa Estudiantil es directamente lamentable. ¿Creen acaso que cambiar unos bancos que son apenas un poco molestos pero que se encuentran en perfecto estado es una prioridad en la facultad? ¿No les parece más interesante invertir el dinero en otra cosa? ¿Aunque sea en becas de apuntes, o armar un curso gratuito de inglés o algo así? Lo más triste es que estudiantes universitarios, supuestamente la gente más pensante de la sociedad, no parece darse cuenta de esta trampa. Firman el pedido de los bancos porque prefieren los pupitres individuales. Pero ni siquiera son capaces de ver que eso implica dejar de hacer cosas mucho más importantes (eso que les enseñan el concepto de costo de oportunidad en las clases).

Mi conclusión personal es que no se trata solamente de educar, por lo menos no en el sentido de que el problema es la gente que no terminó la secundaria y la convencen de cualquier cosa. Se trata simplemente de que prestemos un poco más de atención y dejemos de pensar a la política como un partido de fútbol donde simplemente se eligen simpatías y se critica al otro (porque defender al propio partido parece ser cada vez más difícil). El problema, parece mostrar el segundo ejemplo, es de la sociedad entera.

Saludos,
Javier