miércoles, 12 de diciembre de 2007

Secundario y la división

Bueno, los que opinaron en la nota anterior adivinaron que era lo que yo estaba proponiendo, cosa que no era muy difícil, y hasta comentaron cuál es el principal problema que puede causar en esta sociedad que se queja y no piensa. Porque a la mayoría le importa a veces más que las cosas sean equitativas que que sean justas.

En fin, la propuesta es simplemente separar la escuela secundaria en dos. Escuela pre-universitaria y no preuniversitaria. La primera debe tener el máximo de exigencia posible, debe conseguir que los chicos estudien en sus casas, que lean textos y que tengan una muy fuerte base matemática (por nombrar la principal falencia). Si bien la cultura general es importante en este caso, debe optarse por preparar a los alumnos para acceder a la universidad, focalizando la enseñanza en las materias más difíciles de la misma. Debe tener además algunas materias que los formen como ciudadanos por supuesto. Una educación así con una exigencia máxima eliminará el fracaso masivo en el cbc ( lo cual ahorraría fondos, aunque soy conciente que mi propuesta es quizás más cara aún). La secundaria sería de primer nivel.
La no preuniversitaria debe enseñar cosas que les sean útiles en un futuro a gente que no va a asistir a la universidad. Química avanzada, derivadas, integrales, etc... son contenidos inútiles por sí solos. Son fundamentales para quien ha de continuar estudiándolas, hasta que finalmente pueda aplicarlas. Pero por sí solos tienen poco valor. Bueno, eliminemos esos contenidos y otros más. En su lugar podemos poner talleres y talleres. Una base de contabilidad y de derecho para quien quiera poner su propio negocio (aunque sea un kiosquito). Conocimientos de computación serían fundamentales, lástima que no todas las escuelas estén en condiciones de brindarlos. Historia y economía son fundamentales para no dejarse engañar por los políticos. Algún taller más práctico si quieren(desde carpintería, aprender a reparar artefactos eléctricos hasta plantar su propia huerta si quieren, eso es discutible). De esa manera, disminuirá la deserción. Bajará un poco la exigencia (que de todas formas venía en picada) y además se enseñarán cosas que al percibirse como más útiles y reales, serán mas interesantes. Bajará entonces la deserción escolar.
La división debe valer para los últimos tres o dos años de carrera, no antes, porque a los niños no hay que meterles demasiado presión creo.

Lo que no negocio es la escuela técnica. La considero más que fundamental, ya que es indispensable para formar los futuros ingenieros ( que escacean) y es la mejor base posible para aquellos que no quieran estudiar en la facultad después. Esa la dejaría como está.

Por supuesto, esto traerá quejas de sectores menos privilegiados que creen que se está haciendo diferencia. Esto no debe ser así en realidad. Notemos la situación actual. Los colegios privados tienen un nivel de mediocre a bueno, los públicos un nivel de pésimo a malo. Eso se debe en parte a los maestros de poco nivel que tienen las escuelas públicas, pero también al nivel de los alumnos poco interesados en aprender lo que se les está enseñando. Entonces, los perjudicados son los alumnos sí interesados, que no pueden recibir una buena educación por este motivo. En cambio, si hacemos una división voluntaria, los que quieran aprender para ir a la facultad después podrán hacerlo en un mejor clima. Los que no allá ellos. La decisión acerca de que escuela elegir debe ser voluntaria, sin depender de la clase social o capacidad del chico(de todas formas si es muy malo fallará aquí). Los que no estén interesados en la universidad irán rápidamente a la opción más fácil sin que nadie los obligue.
Y debo remarcar, para que no me malinterpreten, que no pretendo tenerlos en una carpintería sin que piensen ni un poquito. La educación no universitaria no debe tratarse simplemente de formar obreros que piensen lo menos posible. Por ejemplo, no me olvido de la importancia de que sepan expresarse por escrito, o que conozcan sus derechos y obligaciones.

Finalmente, creo que hay que darle a esto cierta flexibilidad. Podría hacerse con talleres complementarios. Por ejemplo, supongamos que se exige a cada alumno que de dos o tres materias adicionales por año. ¿Cómo es esto? Ponemos el programa obligatorio y luego un par de materias opcionales. Música, dibujo, materias que pueden ser muy útiles para algunos pocos en un futuro pero no lo son mucho para los demás (perdón que me la agarre con las artes pero fueron los ejemplos que se me ocurrieron), deberían ser sólo opcionales, pudiendo incluso armar cursos mezclando estudiantes de dos o tres escuelas realmente interesados. Podría por ejemplo, permitirse que un alumno de la escuela no universitaria cursara una materia en la escuela universitaria, si está interesado específicamente en esa, o en la escuela técnica, y viceversa. Se trata simplemente de que elijan dos o tres materias por año que les gustaría cursar, ya sea porque le interesa el tema o porque cree que le será útil para un futuro. Que elijan ellos, algunos lo harán para zafar. Otros tendrán la oportunidad de especializarse en lo que les gusta. Y sin el problema que presentaba el polimodal.

Suerte, opinen
Javi